De las primeras cosas que escuchas cuando te presentas como mexicana en América Latina es: "claro yo veía el Chavo, con las tortas de jamón y el agua de jamaica que sabe a tamarindo", debo de admitir que no es algo muy alentador, y más cuando perteneces a ese grupo de personas a las que sus padres les prohibían ver el Chavo del Ocho, pero después de un tiempo le tomas cariño al asunto, hasta empecé a ver capítulos para sentirme más mexicana (jajaja) y aprendí a valorar ese símbolo que le permite a los mexicanos conectar con sus hermanos latinos.
Quedé completamente atónita cuando un peruano me dijo: "yo he aprendido mucho con el Chavo del Ocho, te enseña valores como el respeto y la amistad". Yo estaba en el Perú cuando falleció Chespirito y muchas, en verdad muchas personas me dieron el pésame, incluso un profesor de la Universidad nos envió un correo electrónico con condolencias. Ahora entiendo que ese programa forma parte de la niñez de la gente en Latinoamericana y me siento muy orgullosa de que sea una creación mexicana y que gracias a ello me regalan una sonrisa cuando saben que soy mexicana, eso es algo verdaderamente inigualable.
Al igual que el Chavo del Ocho, las telenovelas mexicanas son transmitidas en este lado del ecuador y el público las recibe con mucho entusiasmo, no podemos negar que todos (o casi todos) hemos sucumbido bajo los encantos de alguna telenovela. Como bien dicen los dichos, nunca valoras lo que tienes hasta que lo pierdes, y ahora que me encuentro lejos de mi querido México he aprendido mucho.
Recuerdo cuando estaba en un tour en las minas de Potosí, Bolivia, eramos un grupo de quince extranjeros de diferentes nacionalidades, la mayoría de ellos europeos, todos nos presentamos y dijimos de donde veníamos, cuando el guía escucho que era mexicana me hizo una gran fiesta, nos tomamos una foto juntos y todo el camino me decía "aquí wey", "con cuidado wey", "viva México cabrones", lo amé con todo mi ser y por supuesto le enseñé otras frases, pero me sorprendió mucho cuando me dijo que casi no van mexicanos ahí ¡es enserio! Amigos los invito a viajar por América Latina, es una experiencia que jamás olvidarán.
Otras cosas que sueles escuchar de las personas son: "yo he ido a México, estuve en el Zócalo, una cosa enorme", "tengo familia viviendo en México", "yo trabajé un tiempo en México", y eso me encanta porque demuestra esa conexión tan maravillosa que tenemos. Todos los mexicanos, dígase gobierno y ciudadanos, tenemos un gran compromiso con nuestros hermanos latinos, no debemos olvidar que somos un frente común ante las adversidades de este mundo globalizado.
Recuerdo cuando estaba en un tour en las minas de Potosí, Bolivia, eramos un grupo de quince extranjeros de diferentes nacionalidades, la mayoría de ellos europeos, todos nos presentamos y dijimos de donde veníamos, cuando el guía escucho que era mexicana me hizo una gran fiesta, nos tomamos una foto juntos y todo el camino me decía "aquí wey", "con cuidado wey", "viva México cabrones", lo amé con todo mi ser y por supuesto le enseñé otras frases, pero me sorprendió mucho cuando me dijo que casi no van mexicanos ahí ¡es enserio! Amigos los invito a viajar por América Latina, es una experiencia que jamás olvidarán.
Otras cosas que sueles escuchar de las personas son: "yo he ido a México, estuve en el Zócalo, una cosa enorme", "tengo familia viviendo en México", "yo trabajé un tiempo en México", y eso me encanta porque demuestra esa conexión tan maravillosa que tenemos. Todos los mexicanos, dígase gobierno y ciudadanos, tenemos un gran compromiso con nuestros hermanos latinos, no debemos olvidar que somos un frente común ante las adversidades de este mundo globalizado.
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