viernes, 23 de mayo de 2014

Final de semestre: inicio de una nueva etapa

A sólo un trabajo final y un examen de terminar mi octavo semestre (y probablemente el último en la Universidad Nacional Autónoma de México) en la carrera de Relaciones Internacionales, hay muchas cosas que decir, todas ellas tienen que ver con la maravillosa experiencia que implica estar en la Universidad Nacional Autónoma de México.

Primero quisiera hablar sobre lo increíble que son mis profesores. A lo largo de estos cuatro años he tenido la fortuna de asistir a clases de personas realmente preparadas y comprometidas con la enseñanza, es muy cierto que en la UNAM (como en todas las universidades) hay maestros con deficiencias en la enseñanza, pero uno como alumno también tiene la responsabilidad de elegir a aquellos maestros que puedan ayudarte a tener otra perspectiva de las cosas y a tener capacidad de análisis.

Afortunadamente he tenido el privilegio de elegir a todos mis profesores, ellos me han dejado un sin fin de reflexiones que me son útiles en cada momento de la vida, y es con esta confianza con la que me puedo irme tranquila de los salones de clase. Algunos de los profesores que marcaron mi pensamiento son: Yamel Velador González, David Herrera Santana, Moisés Garduño, Efrén Marqués Rueda (que en paz descanse), Selene Romero, Marco Reyes Lugardo, Natalia Rivera, Fernando Sosa Betancourt, Mario Ruíz Sotelo, Ana Cristina Castillo Petersen, Arturo López Vargas y María Cristina Rosas. Cada uno de ellos contribuyó con mi formación intelectual y personal, y no puedo imaginar otro lugar en el que pude haber estado que no fuera la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales estudiando la carrera de Relaciones Internacionales.

Otra cosa que me deja la Universidad es la capacidad de poder llamar amigos y amigas, a una serie de personas increíbles que me acompañaron en este camino de aprendizaje, y que me han regalado momentos magníficos y millones de sonrisas y carcajadas.

Por todo lo que he vivido aquí es que le estoy agradecida a mis padres y a la vida, al darme la oportunidad de ser una mejor persona y de vivir experiencias que sólo una vez en la vida voy a disfrutar. Ahora empieza una nueva etapa, es mi último semestre y la realidad laboral se acerca cada vez más, pero estoy dispuesta a vivirla y concluir con este ciclo para comenzar otro y seguir siempre adelante.


domingo, 11 de mayo de 2014

Los procesos revolucionarios en Medio Oriente y el Norte de África

La llamada Primavera Árabe forma parte de una serie de movimientos sociales que tienen como objetivo el reclamo de los derechos sociales, políticos y económicos de las sociedades árabes. Mucho se ha hablado sobre el término utilizado para describir a estos movimientos (revuelta, revolución, movimiento social) pero hay una elemento presente en todos estos procesos: el descontento generalizado de la población, que rebasa cualquier denominación que se le pretenda otorgar a estos movimientos.
La población que ha salido a las calles en diferentes países como Túnez, Libia, Egipto, Siria o Irán a partir de 2011, tiene ideologías distintas y profesan una religión diferente, lo curioso es que muchas de esas características se desvanecen al momento de luchar por un objetivo en común: el bienestar social.
Desde mi perspectiva es posible hablar de procesos revolucionarios, porque dentro de los diferentes movimientos formados al interior de cada país se busca un cambio radical en la forma de gobierno. Si bien los últimos resultados políticos que se observan en Egipto o Libia, no han cambiado radicalmente el panorama político y social como se esperaba, es un hecho que las sociedades árabes han sufrido cambios importantes a nivel social y cultural, donde independientemente de la religión que se profese, la ideología que se siga o la clase social a la que pertenecen, se han unido en contra de los regímenes autoritarios y opresores.
Es a partir de estos elementos que la forma en la que conciben el mundo las sociedades árabes ha cambiado radicalmente, trayendo consigo la organización y la lucha por sus derechos, algo que años atrás difícilmente se hubiera esperado. A pesar de todos los esfuerzos de estas sociedades por alcanzar una mejor calidad de vida para todos, no se puede negar la existencia de grupos organizados con objetivos políticos, económicos o religiosos bien definidos que están presentes dentro de estos procesos revolucionarios, característica que se debe tomar en cuenta al momento de hablar de una región como lo es el Medio Oriente y el Norte de África.